Lácteos | ¿Debemos consumirlos o prescindir de ellos?

Sobre el tema de los lácteos en la alimentación a menudo escuchamos opiniones muy diferentes y casi siempre extremas, unas muy a favor y otras muy en contra.

Lácteos: Los beneficios, puntos a favor y en contra

Unos dicen que són imprescindibles para obtener el calcio necesario, que aportan valor nutricional a la dieta y que incluso algunos estudios han demostrado que ayudan a controlar el peso corporal, siendo buenos aliados para combatir la epidemia de la obesidad.

Pero otros dicen que son alimentos totalmente prescindibles pues los nutrientes que aportan no son exclusivos, y que además tomarlos es incoherente pues somos la única especie animal que continua tomando leche después de la lactancia. ¿Quién tiene la razón? ¿Hay una verdad absoluta en todo esto?

Importante VER ESTO antes de continuar con la lectura de esta nota porque evitará que cometas un gran error.

Los nutrientes

Los productos lácteos son alimentos muy ricos en nutrientes, especialmente en proteínas, vitamina D y calcio, pero además, también aportan grasas, especialmente las de tipo saturadas que son las que tenemos que tomar en pequeña cantidad pues un exceso perjudica nuestra salud, favoreciendo sobre todo el riesgo cardiovascular.

Estas grasas están también en las carnes y derivados y en productos procesados, con lo que que en los países desarrollados suele haber una ingesta algo mayor a lo recomendado.

¿Qué sería un consumo perjudicial? Imaginad por un momento que vuestros hijos no comen de todo o no comen suficientemente bien o variado, y que en esas circunstancias utilizáis la leche, el queso, los yogures, y otros postres lácteos a diario para asegurar así la nutrición del niño. Si los lácteos aportaran una parte tan importante de la energía diaria, entonces sí podemos hablar de un hábito no demasiado saludable, pues habría un exceso de grasa saturada y además no estaríamos aportando otros alimentos más saludables como la fruta, los frutos secos, etc.

Y, ¿cuál es la parte positiva? Recordemos que la leche és por excelencia el alimentos mejor formulado que existe, especialmente cuando somos bebés y nos alimentamos exclusivamente de ella. Sólo con un alimento tenemos suficientes nutrientes para crecer durant los primeros meses de vida. Pero, a parte de la leche materna, los lácteos son una buena fuente de nutrientes que son imprescindibles para el crecimiento, como el calcio y la vitamina D.

Sin embargo, éstos también están en otros alimentos como los frutos secos, especialmente las almendras, las avellanas y también las legumbres y las verduras de hoja muy verde. Aunque en éstos el calcio se absorbe un poquito menos que el calcio de la leche, la ventaja es que estos alimentos no tienen grasas saturadas, todo lo contrario, si tienen grasa es del tipo poliinsaturada omega-3 que ejerce un papel protector en la salud.

Lacteos

Intolerancia o alergia a las proteinas de la leche

Por eso si decidimos no tomar lácteos, o no los podemos tomar por una intolerancia a la lactosa o alergia a las proteínas de la leche, tenemos que procurar que nuestra dieta sea muy variada y rica en otros alimentos, especialmente si se trata de niños para no comprometer su desarrollo.

También es importante la actividad física al aire libre ya que con la luz solar nuestra piel puede fabricar la vitamina D.

Lacteos a favor y en contra

Imagen: Roxanne Ready

¿Son todos los lacteos iguales?

Por último un apunte más, ¿son todos los lácteos iguales? Definitivamente no.

La leche como tal es un alimento del cual realmente podríamos prescindir o dejar limitado a un vaso por la mañana.

El lácteo más interesante es sin duda el yogur ya que tiene una cantidad baja de grasa (alrededor de un 3%), tiene poca lactosa, aporta microorganismos vivos (fermentos) que son beneficiosos para nuestra flora intestinal, y es una buena fuente de calcio y de vitamina D.

El yogur también es mucho mejor opción que no otros postres lácteos que aportan muchas más grasas y azúcares que no son buenos ni para los más pequeños ni para los adultos. En cuanto al queso, decir que es un buen alimento pero dependiendo del tipo y del grado de maduración puede aportar demasiada grasa saturada.

Podríamos incluir el queso algún día a la semana para algún bocadillo, para completar una cena ligera o para darle un toque a un plato de pasta, en cualquier caso cuanto menos graso mejor. Y en general los postres lácteos más azucarados debemos dejarlos para ocasiones especiales y procurar que no sustituyan a la fruta en el día a día.

El equilibrio es la clave

Como casi siempre en todos los ámbitos, en el equilibrio está la virtud.

Y es que no hace falta retirar los lácteos por completo, pero sí tomarlos en raciones muy concretas, dependiendo de nuestra edad y resto de dieta, y dejar espacio para otros alimentos que aportan aún más valor nutricional.

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